Hace unos días la empresa Light mostró un prototipo de teléfono con nueve cámaras. No es la primera vez que esta empresa hace algo así, ya llevan mostrando su cámara semiprofesional de 16 objetivos y que supera los 2.000 euros de precio. A pesar de la espectacularidad del anuncio no debemos olvidar que el Huawei P20 Pro ya incluye cuatro cámaras, incluida la frontal.
Así que parece que la vieja guerra por dotar de más megapíxeles a las cámaras, que por cierto siguen alimentando algunos fabricantes como Oppo, dentro de poco entraremos en guerra para equipar los teléfonos con cada vez más cámaras. No olvides que hay muchos modelos que cuentan con tres cámaras, incluida la frontal. Incluso terminales relativamente baratos.
Muchas de las cámaras duales, sobre todo en los modelos de gama media, tienen una utilidad discutible. Simplemente buscan difuminar el fondo detrás de un sujeto con más o menos buena fortuna. Aquí juegan un papel relevante los algoritmos que cada fabricante es capaz de introducir en sus procesadores de imagen. Algo que sin duda requiere una inversión en software refinado, algo que no todas las empresas pueden permitirse.
Huawei hizo algo bastante interesante con el Huawei P20 Pro. Utilizó prácticamente todas las herramientas que actualmente tienen a disposición de los fabricantes para mejorar la forma de capturar fotos: introdujo un gran sensor en una de las cámaras traseras de 40 megapíxeles para conseguir mediante fotografía computacional resultados similares a los que consigue la tecnología PureView del Nokia 1020 . .
Esto funcionaba básicamente añadiendo la información de los más de 40 megapíxeles que equipaba a este viejo Nokia para obtener un zoom digital sin pérdida de calidad e imágenes con poco ruido incluso con poca luz. Para ello se redujo la resolución a cinco megapíxeles, de forma que cada uno de los píxeles de la imagen tuviera información sobre cuatro píxeles del sensor. Algo similar a lo que ha hecho Huawei, aunque la compañía china ha añadido a la ecuación un sensor monocromático de 20 megapíxeles.
Este segundo sensor cruza la información que capta con el principal y la información es procesada por un software a una velocidad de vértigo. De esta forma, se consiguen imágenes de alta calidad en situaciones de poca luz. Algo a lo que también contribuye la luminosidad de sus objetivos, f/1.8 y f/1.6.
Por si fuera poco Huawei añadió un teleobjetivo de ocho megapíxeles con tres aumentos. Con toda esta parafernalia y muchas dosis de fotografía computacional, para la que es necesario contar con un software muy sofisticado y un hardware que permita procesar a gran velocidad las imágenes, consiguieron una capacidad sorprendente para conseguir imágenes con zoom de calidad y a baja velocidad. situaciones ligeras.
¿Se puede mejorar como ha llegado Huawei con el P20 Pro añadiendo más cámaras? Sí, pero no es tan sencillo como añadir cámaras sin o a los teléfonos móviles. Aunque también tememos que sea posible, por razones de publicidad que esto empezará a ocurrir en cuanto se desate la batalla por sumar cámaras.
Ya hay rumores de que Samsung podría estar pensando en lanzar el Galaxy S10 con cinco cámaras, dos delanteras y tres traseras, y que LG podría tener planes similares. Veremos en qué consiste todo esto, pero parece probable que a lo largo del año puedan empezar a llegar teléfonos con tres o cuatro cámaras traseras.
Si excede el límite de las tres cámaras traseras para optimizar cosas como el enfoque selectivo en retratos u otras escenas, mejorar el ruido en condiciones de poca luz, lograr un nivel de zoom más amplio, mejorar el rango dinámico para aumentar la capacidad de mostrar detalles en los más oscuros y claros. zonas de la imagen, o aumentar la resolución de las imágenes sin perder calidad, será necesario no sólo añadir cámaras con sensores y objetivos de calidad a los smartphones.
Hay otros desafíos importantes. El principal es hacer que los algoritmos de procesamiento de fotografías computacionales sean muy eficientes. Algo en lo que hasta la fecha manda Google, Apple, Huawei y Samsung. Pero sobre todo la primera compañía, que ha demostrado con sus teléfonos Pixel 2 que ni las cámaras duales son necesarias para conseguir fotos de gran calidad.
También está el desafío de lograr hardware de alta velocidad y bajo consumo de energía. Si a un teléfono le añadimos nueve cámaras, como sugiere Light en su prototipo, el consumo de batería puede ser espectacular. Así que ese caso tendrá que ser tratado con mucho cuidado.
Es cierto que el uso de varias cámaras y sofisticados algoritmos de fotografía computacional para fusionar las imágenes captadas por todas ellas abre un campo apasionante. Pero también parece seguro que los fabricantes tardarán en perfeccionar estos sistemas de captura de imágenes. Veremos qué depara este nuevo salto en la industria.
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