Los fabricantes tecnológicos suelen anticiparse a las necesidades de los usuarios. En el caso de los televisores, se han adelantado años. Cuando se acaba de presentar el formato 4K o Ultra High Definition (UHD), las marcas lanzarán los primeros televisores 8K. Con el nuevo formato, los píxeles (los puntos de color que componen una imagen) alcanzan los 32 millones, cuatro veces más que un televisor 4K UHD y 16 veces más que los dispositivos Full HD. La consecuencia es una imagen más nítida, cercana al 3D.

televisión de 8k

Samsung y LG han aprovechado la feria de electrónica de consumo IFA de Berlín para presentar los primeros dispositivos con resolución 8K. En el caso de Samsung, su modelo Q900R en varios tamaños verá la luz el próximo mes de octubre mientras que LG no tiene calendario de marketing para su televisor OLED 8k de 88 pulgadas. En realidad, este no es el estreno mundial de esta tecnología. La japonesa Sharp ya comercializa desde la pasada primavera su modelo LV-70X500E 8K, pero con una publicidad y unas ventas muy discretas.

Y si la calidad de imagen se dispara en televisores 8K, el coste no se queda atrás. Las marcas se han cuidado mucho en hablar de precios -quizás para no asustar a sus clientes-, pero en el caso de Samsung el rango estará entre los 5.000 y los 15.000 euros, según modelos de 65, 75 u 85 pulgadas. Un precio que seguramente será superado por el televisor LG 8k de 88 pulgadas, que se iría muy por encima de los 20.000 euros.

Además de los precios, llama la atención la casi nula oferta de contenidos en 8K. Las cadenas de televisión tradicionales ni siquiera han apostado por el 4K, que se reserva para nuevas plataformas como Netflix, HBO, Amazon, Vudu o Youtube, y algunos eventos deportivos de máxima audiencia. Por lo que se estima que solo hay 5.000 títulos en 8K (principalmente en los canales de vídeo de YouTube y Vudu).

Ante estos handicaps de disponibilidad y precio, el consumidor puede preguntarse si realmente merece gastarse una fortuna para hacerse con los primeros televisores 8K. La respuesta de las marcas, por supuesto, es afirmativa. Su primer argumento es que, todos los contenidos que se graban en 4K también están preparados para ser emitidos en 8K, por lo que cuando las cadenas den el paso, el catálogo de contenidos se multiplicará al instante.

El segundo argumento es que, gracias al escalado, se mejora tanto la calidad de la imagen como la del sonido, independientemente de la calidad o formato de la fuente original, es decir, la programación estándar de los canales. Por eso, las marcas creen que el desarrollo del 8K no es una quimera. LG espera distribuir cinco millones de unidades en 2022.

Televisor OLED de 8k

Samsung apuesta por la inteligencia artificial

Precisamente, el Samsung Q900R cuenta con tecnología propia (8k AI Upscaling) para escalar 8k con inteligencia artificial gracias a los 256 algoritmos de su procesador (Quantum Processor 8K) que es capaz de reconocer y escalar el contenido a visualizar con calidad 8K, independientemente de ya sea que el usuario esté visualizando contenidos a través de un servicio de streaming, decodificador, HDMI, USB o incluso una duplicación de la pantalla del móvil.

Los televisores 8K de Samsung son capaces de producir picos de brillo de hasta 4.000 nits, un estándar que hasta ahora solo han cumplido la mayoría de los estudios de cine. Y gracias a la tecnología HDR10+, ofrece una reproducción cromática que consigue imágenes naturales de gran realismo tal y como fueron concebidas originalmente.

Además, el Q900R cuenta con la tecnología Direct Full Array Elite de la línea QLED de Samsung para un mejor contraste y un control preciso de la retroiluminación, para que el televisor reproduzca el 100% del volumen de color. También añade las características de la marca como Ambient mode que analiza el entorno y genera un fondo de pantalla que se integra con el espacio que rodea al televisor, y SmartThings para sincronizarlo con otros dispositivos.