"¡El Dojo de los Ancestros! Demonkind's Ultimate Weapon!" es el tipo de episodio que recuerda a probar un bocado del más ligero algodón de azúcar imaginable (¡en el buen sentido!). Es dulce, colorido, y ni siquiera se molesta en pretender ser una obra de gran sustancia o importancia argumental. Los pequeños fragmentos de la trama que obtenemos son los marcos más básicos sobre los que cuelga una asombrosa cantidad de chistes tontos. En cada uno de los cinco segundos del episodio hay dos o tres chistes diferentes, ya sea que una de las chicas haga un ruido absurdo con la boca, que ocurra algo tonto en el fondo o que el programa haga referencia a cualquier otro chiste de episodios o temporadas anteriores.


De nuevo, ¡esto no es malo en absoluto! El episodio es muy divertido, sin duda. Pero es un poco difícil escribir sobre él en un formato de reseña tradicional, ya que no hay muchas partes atractivas de la historia o de la interacción de los personajes que duren lo suficiente como para justificar un examen largo. Prácticamente todos los puntos que tengo que comentar encajarían mejor como viñetas en la sección de curiosidades, ya que el episodio pasa de una broma a otra a la velocidad del rayo...

En realidad, ¿sabes qué? Hagamos eso. No creo que ninguno de ustedes necesite dos mil palabras de análisis para entender por qué este episodio es bastante bonito.


En resumen: El primer sketch nos dio lo más que hemos visto de Mikan en un tiempo, lo que siempre es una delicia, y se está acomodando para ser transferida a la escuela de niñas una vez que termine el verano, un desarrollo que creo que dará mucho más frutos la próxima semana. La segunda historia permite por fin que Ryoko se una a Shamiko en el paisaje onírico de Lilith para practicar la varilla de Whatchamacallit. Es tan bonito como parece, y termina con uno de mis gags favoritos de la temporada.

Bueno, ¡eso es todo! Es otro buen episodio de The Demon Girl Next Door, y con sólo un par de semanas que quedan de temporada, parece que la serie está preparada para terminar su segundo curso con notas ejemplares por todas partes. No se rindan, chicas. Seguid haciendo travesuras hasta julio, para que podamos empezar la temporada de verano con una sonrisa en el corazón y un poco de ánimo.