Las palabras son herramientas torpes.


Escribo para vivir. Escribo por placer. Escribo porque hay poder en las palabras.Pero en momentos como este, me fallan. El episodio 1015 de One Piece es cada frase cliché de alabanza que puedo reunir. Un tour de force. Un espectáculo visual. Una delicia para los sentidos.Cada célula está repleta de colores fluidos y expresiones vívidas. Cada línea se pronuncia con convicción y cuidado. He visto el episodio dos veces y he llorado las dos veces, buscando las palabras que poner en esta graciosa cajita para decir lo que me hace sentir. Pero ¿qué puedo decir que pueda añadir a lo que estamos viendo aquí? Se trata de una producción semanal, pero no de un mero batido de contenido de veinticuatro minutos que se pone delante de tus ojos. Esto es todo un asesino sin relleno. El tipo de episodio que hace que quieras levantarte y gritar y luchar por la grandeza.

Cada vez que Megumi ISHITANI tiene el timón sé que nos espera la grandeza, pero Dios mío qué episodio. ¿Puede hacer algo mal? Lo dudo. Hay un golpe maestro en cada fotograma: desde las tomas de Yamato en POV de Ace navegando hacia la distancia celestial, cortando con la tarjeta vivre en llamas, hasta los corrimientos de pantalla mientras Luffy pasa por todos los momentos anteriores de Wano, hasta el profundo manantial de emociones que fluye desde la creciente determinación de Momo, hasta la sensación de fracaso fuera de lugar de Kinemon. Los paneles del manga cobran vida junto a las escenas originales del anime, que se suman a la rica textura de una de las grandes obras de nuestra vida.

One Piece es una de las historias más grandiosas que se cuentan hoy en día, y lo que Megumi ISHITANI y todo el equipo de Toei han hecho en este episodio es realmente sorprendente. Han cristalizado su grandiosidad y la han amplificado al mismo tiempo. Pero realmente no puedo decir lo bueno que es. Las palabras son torpes, no transmiten lo que las imágenes pueden. Las palabras sólo pueden sentarse en la orilla para hablar del mar: si quieres ver lo que el mundo tiene que ofrecer, suelta amarras y encuéntralo.

Vea la historia que abarca décadas.

Vea la obra que tiene el corazón de millones de personas.

Vean al niño que será rey.

Sé que lo veré.