El experto en tecnología Killjoy, un personaje del shooter táctico Valorant de Riot Games, apareció recientemente en un tuit disfrutando de una obra de arte de NFT, lo que levantó algunas cejas entre más de un aficionado. Riot borró rápidamente el tuit y desde entonces ha emitido una especie de disculpa.


El tuit fue realizado por la cuenta oficial alemana de Twitter de Valorant como una forma de resaltar la ciudad natal de Killjoy, Berlín, y destacar el arte generado por ordenador. Según la disculpa de Riot, el equipo no se dio cuenta de que la obra de arte que aparecía en el tuit, del artista Martin Houra, era un NFT.

"Como a Killjoy le encanta la programación, queríamos presentarte el arte generado por ordenador de todo el mundo", reza un comunicado tuiteado por la cuenta alemana de Twitter de Valorant. "Sin embargo, no éramos conscientes de que la obra seleccionada era un NFT. En ningún caso pretendíamos incluir los NFT como parte del trabajo y las aficiones de Killjoy."

"Los fans en las respuestas al tuit de aclaración parecían aliviados de que uno de los personajes favoritos de los fans del juego no estuviera metido en los NFTs, pero actualmente no está claro cuál es la postura general de Riot sobre la tecnología.

Los NFT, o tokens no fungibles, son esencialmente recibos de datos almacenados en una cadena de bloques, y pueden ser cualquier cosa, desde una imagen, un tweet, hasta cosméticos de videojuegos. Se ha convertido en una especie de moda recientemente, con múltiples compañías de videojuegos como Take-Two y EA buscando sacar provecho e implementar NFTs en sus productos de alguna forma. Ubisoft ya está experimentando en este ámbito con Ubisoft Quartz, que permite a los jugadores adquirir artículos NFT en Ghost Recon Breakpoint que luego pueden venderse a otros jugadores por un precio (del que Ubisoft se llevaría una parte).

Gran parte de las críticas en torno a los NFT giran en torno al impacto medioambiental. Dado que las transacciones se realizan en la cadena de bloques, los NFT pueden tener una gran huella de carbono debido a la cantidad de electricidad que necesitan para ser "acuñados", lo que perjudica al medio ambiente y contribuye al cambio climático.